Un año más y de forma ininterrumpida desde 1.975 se ha celebrado la archiconocida “Veterama” de Mannheim (Alemania, región de Baden-Wurttemberg).
La “Veterama” es la feria del recambio para vehículos clásicos más importante de Europa y prueba de ello es que su superfície actualmente ya supera los 250.000 m2 . Una parte de ella se encuentra ubicada en pabellones cubiertos, a salvo de las inclemencias meteorológicas, y en ellos exponen profesionales del recambio, modelismo, complementos para clásicos (tapicerías, guantes, etc) o Clubs como el del Isetta o el del Messerschmitt, entre otros.
La zona a la intemperie, que ocupa aproximadamente el 90% de la feria es el verdadero “leit motiv” de la visita. Un verdadero mercadillo donde los expositores muestran en sus stands mercancía de lo más diverso para vender.
Allí no hay límite. Entre pasillos perfectamente alineados, además de los consabidos recambios para coche y moto es totalmente factible encontrarse multitud de aparatos electrónicos antiguos, como radios, equipos de optometría, televisores, tocadiscos o bicicletas, juguetes…incluso máquinas “tragaperras”. Cada expositor tiene su stand junto a su autocaravana, caravana, tienda de campaña, furgoneta o cualquier artefacto donde pernoctar junto a su mercancía lo que propicia imágenes pintorescas y un ambiente inigualable. Es una feria “viva” y hay que experimentarlo para comprobarlo.
Digna es de mencionar la sección de venta de automóviles, una esplanada que ocupa varios miles de m2 en la que particulares exponen sus vehículos clásicos para vender y donde se puede cerrar el trato y llevarse el coche en el mismo día ya que los propietarios “rondan” por la feria y dejan un teléfono en el parabrisas (junto los datos del coche perfectamente detallados) para acudir “al toque”. El grueso de esta exposición son vehículos Mercedes-Benz (modelos con una antigüedad mínima de unos 20 años) aunque se pueden encontrar modelos tan curiosos como Opel Diplomat, Jaguar MkII, BMW, Porsche o todo un Rolls Royce Corniche Coupé. Modelos MB que antaño eran complicados de ver ahí, ahora toman su lugar y junto a los tradicionales Pontón, Colas, Pagoda o /8 empieza a ser habitual encontrarse multitud de W126, R129 o W124.
Un detalle importante es que la organización de la feria no deja nada al azar y, aparte de multitud y diversidad de establecimientos de hostelería, con grandes carpas para descansar y reponer fuerzas, tienen varios WC “de alta capacidad” estratégicamente distribuídos e impecablemente mantenidos por personal responsable e incluso disponen de una nave con servicio de consigna para ir guardando los recambios que vayamos comprando durante la feria (algo muy de agradecer cuando te acabas de comprar la aleta de un Pontón o un juego de llantas y te queda todo el día de recorrido).
Como cada año y desde hace ya más de 15, el Club Mercedes-Benz España ha acudido a esta magnífica feria en una comitiva formada por socios y miembros de la Junta Directiva con el objetivo de surtirse de recambios (tanto propios como para otros socios que los necesiten para acometer restauraciones de clásicos MB) y disfrutar de un viaje distendido en grata compañía visitando la cuna de nuestros queridos clásicos saboreando el maravilloso olor de la mecánica “a la antigua” y el hierro oxidado. Una sensación que por desgracia, cada día se va perdiendo.
Hasta el año que viene.
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